sábado, 18 de diciembre de 2010

EL ENMARAÑADO COMPLEJO DE ELEKTRA IV

CAPÍTULO IV: UNA TE HARÁ GRANDE, LA OTRA PEQUEÑO (AL MENOS ACTUA COMO UN SER HUMANO)

¿Elektra?

―¿Si?, dime Angelito.

Ya estamos montados en su cuatrimoto encendida, lista para arrancar, cuando menciona, así, mi nombre, yo estoy abrazada a su delgado cuerpo, pues no me dan mucha confianza las motos. Siento como que está tenso, algo anda mal.
―¿Me podrías rolar una de tus pastillas?
―¿A qué viene eso ahora Angelito? Casi nunca te he visto tomar pastillas.
―Es que no me puedo quitar esa imagen de la cabeza
―¿Qué imagen?
―Toda esa gente muriendo, el tipo explotando sobre mí, su sangre, sus vísceras. –Angelito apagó con prisa la moto- ¡bájate Elektra!

Enseguida acato la orden. Estaba algo alterado. Él también se bajó y a un lado de la cabaña, en cuclillas, con una mano en la pared, se puso a vomitar. Lo veo de pie, extrañada. A veces olvido que los demás todavía guardan algo de humanidad. 

Después de saber lo de la masacre de soldados, mi único pensamiento fue que ese era un problema menos por el cual preocuparme y que la única repercusión podría ser que mandaran a un convoy o que si hubieran matado a Ángel no tendría forma de regresar a la civilización: puras cosas prácticas. 


Aún si hubiera estado ahí, seguiría pensando igual, porque de hecho ya he estado ahí, de pie, rodeada de cuerpos, pensando simplemente cual era la ruta de camión que me llevaría a mi hotel. Se me olvida que hay gente que todavía conserva algo de humanidad.
Angelito había llegado feliz de la vida, no porque no le interesara lo que pasó, sino porque no se había dado cuenta, iba tan arriba que no le había caído el veinte de lo que había sucedido. Sus pies están tocando la tierra, sus neuronas se están reconectando. El vómito es casi transparente y no parece querer dejar de salir.
―¿Hoy que te metiste?
―Marihuana.
―¿Nada más?
―Si –responde cesando. Nada más
―Toma. No creo que haya algún efecto secundario.
Le pongo la mano enfrente de la cara con la palma abierta con media pastilla y una píldora verdimorada.
―¿Qué me van a hacer? 

―La pastilla hará que las sensaciones desagradables se vayan, la píldora hará que las sensaciones agradables puedan entrar. Es lo único que necesitas saber.
Sin necesidad de agua y con la sed del beduino, traga los dos medicamentos sin chistar. 



―¿Cuándo me sentiré mejor?
―Desde ahora. Es paulatino. Es diferente que con las otras cosas que te metes. Tu conciencia seguirá intacta. Te sentirás puro como un bebé, libre de culpas, viviendo en el mundo real, sin preocupaciones y aún así manteniendo el mismo nivel de consciencia. –Tras ver que su expresión no cambia digo: Simplemente serás tú mismo pero sin sufrimiento.
―Si… creo que ya lo estoy sintiendo. Es lo que no me gusta de este medio. La gente muere todos los días ¿Lo sabías? Todos mueren, cada día, pero no lo vemos. Aquí lo hacemos frecuentemente. La gente muere Elektra. Tú y yo moriremos y podría ser como lo hicieron ellos, no quiero que eso me pase.

La gente normal tiene alguna reacción al ver morir a uno de sus congéneres, un ser querido, un inocente -aunque los únicos realmente sean inocentes sean los bebés-, un mamífero con grandes ojos, etcétera. Para mi es igual mientras siga viva, toda la reverenda vida me da igual, yo meramente quiero conservar la mía. Cuando alguien muere, muere una parte de ti. El mundo, que siempre es visto como nuestro, pierde algo, a nuestros ojos nosotros perdemos algo, pero para mí todo es igual, simplemente algunas de esas cosas que se mueven ya no lo harán. Un cambio, mi vida sigue inafectada, con las emociones 20 decibeles debajo de lo normal.
―Si la muerte viene sin avisar, lo único que nos queda es disfrutar cada momento de la vida. Ella vendrá y no avisará, lo mejor es afrontarla con dignidad, incluso con cierta normalidad.

No sé si lo noten, pero estoy siendo muy falsa en ciertas cosas, trato de hacerlo sentir mejor diciendo algo que no pienso, pero también hay pedacitos de mis verdaderos pensamientos en esas palabras, no puedo evitar que salgan, y es esa parte la que espero que no capte. No por completo.

―Si Elektra. Tienes razón.

Se levanta y me da un abrazo, aunque más bien se me deja caer. Su cuerpo, frío por el trauma, se comienza a poner tibio, imagino que por las pastillas.
―Vamos Ángel, tenemos que volar.
Subimos y arranca la moto. Ya está algo más tranquilo. No pasa mucho desde que comenzamos a andar y me dice.
―Elektra. Si esas pastas hacen que no te sientas mal, ¿Por qué las tomas todos los días? Tú siempre estás bien.
―Y lo seguiré estando mientras tome mis pastillas
―¿Te sientes mal todos los días?
―No. No mientras las siga tomando. –Anuncio rematando con una amarga sonrisa.
Las muñecas estamos vacías y si estamos rotas cualquier alimaña puede entrar y destrozarnos desde adentro, por ello las muñecas rotas tenemos que llenarnos de pastillas para que nada entre y para al menos actuar como seres humanos. 


¿Cómo puedo hablar así y decir que las pastillas no afectan mi consciencia si hace apenas un año, junto a papá, era una persona totalmente diferente? No me importa. Mis únicas dos opciones eran llenarme de pastillas o convertirme en un nido de ratas de porcelana fina. Creo que tomé la decisión correcta.  


lunes, 13 de diciembre de 2010

EL ENMARAÑADO COMPLEJO DE ELEKTRA III

CAPÍTULO III: ELEKTRA ATRAVÉS DEL ESPEJO (FEMME FATALE)



―Pues ya vamos Elektra, antes de que el sol se ponga.
Ángel de mi corazón, no puedo regresar a la sociedad en ropa interior, estarás de acuerdo.
―Ah… si… tienes razón. – dice Angelito apenas percatándose de que todo lo que estoy usando es un brasier y unos bloomers y carburando el porqué no sería adecuado salir así a la calle. Está en su viaje. Es de sorprender que pueda seguir en contacto con el mundo exterior, sostenga una plática, maneje una cuatrimoto y sobre todo que siga vivo después de lo que parece fue una masacre.
―Entra, tú también tienes que cambiarte de camisa, no pasarás muy desapercibido si vas con una camisa que chorrea sangre.
―¿Es Halloween Elektra?
―No, Ángel, Halloween ya pasó.
―No, entonces no creo pasar desapercibido.
Hace una pequeña pausa y se agarra la barbilla, meditabundo.
―No traje otra ropa.
―Yo te presto.
―Pero… es ropa de mujer ¿Se puede usar ropa de mujer?
Está tan arriba que podría ponerle un vestido y maquillaje sin problema alguno.
―Tengo una sport unisex, vamos.
Ya dentro de la cabaña levanto unas de las tablas del piso para sacar mi maleta ¿contenido?: Dos mudas de ropa, un relicario, maquillaje, una carterita, varias cajitas llenas de pastillas y mi amado Ross Springer en una bolsa de plástico, eso es todo. Ross es mi perro de peluche, normalmente duermo con él, pero no quería que se ensuciara en esta jodida cabaña.
Angelito se quita la camisa y cuando le paso la sport está a punto de ponérsela sólo así:
―¡Ángel!, ¿cómo te vas a poner la camisa así? allá hay un trapo, tienes que quitarte los restos de sangre, es más voy a ir a mojarlo para que se quite bien, espérame.
Quiero mucho a Angelito, en cierto sentido es como mi hermano menor, tengo que estar cuidando de que no se meta en problemas gran parte del tiempo y, de vez en vez, hacer cosas como esta, darle un baño de trapo, que ni a esponja llega.
―A ver, levanta el brazo. 
Es una cosa bastante fraternal. Estoy bastante acostumbrada a ver su cuerpo delgado y muy marcado, típico cuerpo de marihuano, ¿Para qué ir al gym si están estas espinacas superiores a las de Popeye? El tatuaje de una estrella en el brazo, de un cachorro de león en el abdomen, de un ojo abierto y otro vendado en la espalda y de una salamandra en el pecho adornan su cuerpo escueto.  
―Listo campeón.
Terminando me voy derechito a la maleta para alistarme e irnos.
―¿Elektra?
Me llama Ángel mientras estoy maquillándome frente al espejo sucio y él se acaba de poner mi sport.
―¿Si?, dime amor, qué pasa.
―¿Tú has matado a alguien?
Mi lápiz labial se detiene en seco
―Esa no es una pregunta muy común –respondo, sin dejar de mirar el espejo y volviendo a aplicarme el labial rosa claro.
―Esta tampoco es una vida muy común…alguien…muchos murieron hoy, uno lo hizo sobre mi…tengo sed.
―Hay un depósito en la parte trasera de la cabaña.
Angelito se levanta y sale. Lo más probable es que para cuando regrese haya olvidado la pregunta. Pero yo no. Desde que era una pequeña yo misma me había hecho una pregunta similar: “¿Serías capaz de matar a una persona?”, de antemano sabía que a un animal no; jamás dañaría a un ser inocente como un perrito o un gatito, ¿Pero a un hombre malo? En las películas el héroe mataba malos a diestra y siniestra y se veía tan genial, pero en el catecismo nos enseñaban: No matarás.
Después de estar con Alex, vi que esa era una regla incoherente, como: No comerás. Bueno no tanto, pero el punto es que hay cosas que es imposible dejar de hacer. No digo que todos deban matar, pero hubo ciertos momentos en mi vida en que era matar o morir. Lo único que me importa es mi jodida vida y aún así siempre la pongo en peligro. Soy una incoherente: Quiero seguir viviendo, pero sin alejarme mucho de la muerte.  
El espejo me devuelve una imagen muy conocida: ojos avellana enmarcados por una melena de ondas negras. Hace mucho tiempo que mi apariencia ha sido la misma y no me creo que no haya cambiado después de las cosas que he hecho. Hay ya algunas muertes en mi haber, me he acostado con ya algunos hombres, sea por placer, sea porque algún plan de Alex lo ameritaba.
No me arrepiento de las muertes, de hecho no sentí nada especial después de verlos desangrarse. No siento tampoco que los acostones hayan dejado huella. Tampoco creo que se note en mi rostro que he amado con locura, ni la confusión del porqué estoy con Alex, haciendo su santa voluntad. No es por el dinero o el poder, aunque no me quejo, es quizá por la aventura y el placer culpable que únicamente él me puede dar.
No me reconozco. Siento que debería lucir como un monstruo, como una mujer mala, con la saña entre ceja y ceja, los ojos viperinos, una sonrisa taciturna, garras en vez de uñas, y no, nada más no, tengo la misma carita de niña que juega a coquetear que desde hace tiempo he tenido. ¿Hacia dónde habrán ido tantos pecados?, ¿qué es lo que le espera a una chica como yo?
Aprieto mi relicario en espera de obtener una respuesta.
―¿Ya estás lista Elektra?
―Si. Aunque no quiera, siempre tengo que estar lista.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

EL ENMARAÑADO COMPLEJO DE ELEKTRA II


CAPÍTULO II:  EL PERRO DEL LOBO (UN ÁNGEL DROGADO)

Por lo general se tiene a los drogadictos como personas malas, pero Angelito no es nada de eso, de hecho yo no sé cómo ha logrado mantener esa buena vibra, ese optimismo en este medio tan violento, o bueno, a quién engaño, si lo sé: las drogas mismas. Es lo que Alex le da para mantenerlo feliz, pero también para asegurarse de que nunca se irá, de que tendrá un perro fiel en espera de las sobras, porque bueno, esa es la otra razón por la cual las drogas eran buenísimas para el beneficio de Alex: Angelito hacía trabajos peligrosos a no más y aún así no pedía la parte correspondiente, sólo su respectiva dosis, sus sobras: Alex el Lobo tiene un perro y se llama Angelito.



Me siento mal en tan sólo pensar de él de esa forma, porque a fin de cuentas él ha sido uno de los pocos seres queridos que aún me quedan, de hecho es el único ¿Alex? Alex es un vicio, no un ser, mucho menos querido. Alex fue el lobo al que corrió caperucita cuando ya no pudo encontrar la casa de papá.

Angelito siempre está feliz, ¿Cómo no, si todo el puto día está drogado? ¿Que qué se mete? De todo: Mezcalina, thinner, pegamento, tachas, LCD’s, anfetaminas, metanfetaminas, antidepresivos, ansiolíticos, floripondio, daturas varias, alcohol, tabaco, pero por sobre todas las cosas mariguanita. Puede que esté generalizando, pero creo que la razón por la cual Angelito es tan bueno, tan simpático, un remanso de ingenuidad en un bosque lleno de hijodeputez es por una sencilla razón: No se mete coca. Ni piedra, ni ninguno de sus derivados. Dice que no le gusta. Y por Alex perfecto, porque a Alex no le convendría que Angelito probara del fruto del bien y el mal, sino perdería a su mejor lacayo, a excepción de esta princesa en desgracia, de esta muñeca rota, de esta hija sin padre.


La coca tiene el efecto opuesto al de la mariguana: Mientras que con el trip de mariguana lo quieres compartir todo con todos, pues sientes que todos son familia, cuando estás puesto con coca quieres todo para ti, pues tú eres  el único que importa y los demás son enemigos potenciales o modos de conseguir más cosas. Efectivamente, Alex es un coco. 
―¡Hola hola Electra! –Dice tan campante, estacionando su cuatrimoto de diseño exclusivo para zonas desérticas y moviendo la mano de lado a lado. 
―¿Cómo que “hola hola Electra”? ¿No ves cómo vienes? ¿Qué te pasó? 
Angelito se quita sus googles levemente salpicados y me mira extrañado. Sus ojos son  verdes. Sé que no es normal o no debería serlo, pero me encanta el contraste del verde de sus iris, con lo rojo de sus córneas y como quedan enmarcados por sus enormes ojeras, sobre esa piel ambarina. Está un poco perdido. Siempre lo está. 
―Ve tu ropa Angelito –Digo ya un poco más calmada para que pueda seguir mis palabras- Mira – Y agarro su camisa para que la vea – a menos de que un cargamento de cátsup te haya caído encima estoy casi al 100% segura de que lo que traes encima es sangre. 

La holgada camisa blanca de Angelito estaba llena de ese líquido en proceso de solidificación. Todavía no estaba muy sólida,  se sentía algo húmeda y ya  estaba  quedando más café que roja. Su pantalón,  su cara y su cuatrimoto también tenían pringas. 
―Ah si, esto… -Angelito se queda mirando el vacío por un lapso de cinco segundos antes  de responder- es que nos encontramos a los militares y…
Entrecierra un poco los ojos como mirando a lo lejos, pero  luego vuelven a estar vacíos. No responde. 
―¡Y qué Angelito!
―ycirilolosmatoatodos. Respondió de inmediato ante el tono enojoso de mi voz.


Cirilo el asesino. En este mundo surrealista que es mi vida, quizá me pudo espantar un poco ver a Angelito empapado en sangre, pero lo que en serio me provocó náuseas fue escuchar ese nombre. Quería esconderme y eso que nada más era el sonido de cómo le llamaban, no el ser en sí. Alex le había prohibido matarme,  pero en ningún momento maltratarme, y es que si el tipo era ya de por si misógino, no sé, como que de principio siempre me tuvo tirria. Verlo no estaba en mi liste de cosas por hacer.
¿Alex es misógino? No, por supuesto que no. Alex piensa que las mujeres son objetos de los cuales puede sacar provecho. Eso normalmente es un concepto aceptable de misoginia, pero la cosa con Alex, es que no sólo ve de esa forma a las mujeres, sino a todo el pinche mundo. Según la medicina actual, él vendría siendo un borderliner con marcados rasgos narcisistas y claras tendencias antisociales, pero para mí, el viene siendo un hijo de puta con tendencia a joderse todo lo que se encuentre a su paso.    
¿Me importó acaso todas esas muertes? No. En lo absoluto, ya estoy muy acostumbrada a esto. Desde hace mucho tiempo sólo me interesa sobrevivir, y quizá tratar de pasármela no tan mal. Soy horrible, y lo peor es que eso ya tampoco me importa.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

EL ENMARAÑADO COMPLEJO DE ELEKTRA

CAPITULO I: NAUFRAGANDO EN EL DESIERTO.

Todavía con vida. 

Es mi primer pensamiento al despertar. Estoy recostada en un catre viejo dentro de una cabaña vacía. Al levantarme e ir al lavabo encuentro unos penetrantes ojos avellana, mirándome desde el otro lado del espejo, enmarcados por un ondulado cabello obscuro. En definitiva, soy hermosa. Una hermosa niña perdida. La más fina muñeca rota. 


¿Cuándo pasé de disfrutar ser la niña de papá a querer ser la zorra de algún padrote?  

Bajo los ojos y se obscurece la mirada. 

―No lo sé, pero lo disfruto. Me atrevo a responder, sonriendo tenuemente, maliciosamente. 


En realidad no me considero una muñeca rota; ese es un concepto masculino para dar a entender que una mujer después de sufrir un accidente, como una violación, no puede ser reparada; en cambió yo elegí este camino por mi cuenta. Soy una  muñeca que se despedazó a sí misma, una muñeca con voluntad e instinto de muerte ¿Qué  otra explicación  puede  haber  para  que haya aceptado por voluntad propia encerrarme en esta tumba? 

Aún en mi camisón casi transparente y mis bloomers blancos abro la puerta y salgo al desierto. 

Hay una ráfaga de viento que levanta la arena y juega con las ondas de mi cabello. Me tapo con el antebrazo la cara, para que no me entre arena en los ojos. Tras pasar lo veo: un enorme cementerio, no hay más que arena por todo lo largo y ancho. 

Extraño a papá, sus brazos enormes rodeándome, sus labios sobre mi cuello, su ternura en mi alma, su miembro entre mis piernas. Por supuesto,  no estoy hablando de mi verdadero padre, pero así le decía, de cariño, y porque se oía de un perverso genial. “Papá dame un beso”, “Papá, quiero casarme contigo”, “Papá quiero tu miembro”, “Papá eres el mejor en la cama”… en la cama, ahí era su mejor faceta. Normalmente, cuando estaba con él, todo era blanco, puro, un puto cuento de hadas del que no me quería salir nunca. Él sacó lo mejor de mí, esa niña que llevo dentro, una Blancanieves adorable con quien sea, una Alicia sin malicia, una cenicienta generosa y buena. Y todo lo obscuro se concentraba en la cama. “Si, papá, dame más papá, métemela más duro papá”. Kinky, perversión ultimadamente genial. Nunca me preguntó porque lo hacía, ni al principio, que fue casi jugando. Era una de sus muchas peculiaridades. Papá. Como lo extraño. 


Alex en cambio es un simple padrote de segunda… si, recuerdo, le dije “algún padrote” o sea: ni siquiera llega a ser “el padrote” o uno en específico, sino cualquiera, uno sacado del montón. De repente le digo Alex el León, porque me gusta mucho Madagascar, pero la verdad es más lobo que león, sino: cómo se explican que me haya dejado aquí, sola, en medio del desierto, sin pensarlo dos veces y alegando que era por mi seguridad. Imbécil. 

Me siento sobre las escaleras, hay granitos de arena que se pegan a mis muslos y no es nada agradable. Mis ojos están en blanco. No sé que hacer,  no sé que esperar. De repente me pongo a cantar. A veces los sentenciados a muerte lo hacen, es quizá lo único que les queda.

―Like a virgin, touched for the very first time, like a virgin, when your heart beats…


Y lo veo. Un zopilote. Dando vueltas. No me deja ni terminar ese corito puñetero. When your heart  beats… Un corazón que late. Lo dicen como si nada, pero es lo que nos separa de la vida y la muerte, es lo que ese zopilote espera que se detenga, para venírse encima, lo que más quiero en este mundo, porque a nadie quiero y a nadie odio tanto como a mí misma. ¿Qué soy para ese zopilote? Carroña en la etapa de procesamiento: Espere mientras el producto queda terminado. 

Aquí podría morir y nadie se enteraría. Pero no, no será así, ahí viene algo en movimiento, algo que crece, algo con un inequívoco rugido artificial, es Angelito en su cuatrimoto, otro niño perdido más a las órdenes de Alex, ese padrote que nunca llenará los  zapatos de papá. 

Ya más cerca, discierno algo inusual: El pequeño Angelito  está bañado en sangre, que por su campante expresión no es suya… oh-oh, algo no anda bien.  

lunes, 15 de noviembre de 2010

DE ABRAZOS Y KARMA II

Estaba en la mas tranquila  obscuridad. Nada podía dañarme,absolutamente nada.  No veía, ni el futuro, ni el pasado, ni lo que sucedía a mi alrededor. Pero  sentía  sus  brazos largos envolviéndome y ese no saber,  ese  no ver  no importaba. Sentía  como mi consciencia se disolvía,  poco a poco, al igual  que  mi  cuerpo,  yo era uno con El  Todo y a  la vez no  estaba en ninguna parte. No importaba. Estaba a  salvo.


Despierto. Otosama  se  ha  ido. Ya  no está,  me ha  dejado sólo en este mundo, donde nunca se está  a salvo. Tuvo sus  razones, yo  lo entiendo,  en verdad  lo entiendo,  pero  no por  eso deja  de ser doloroso.

He tenido que  reaprender  a  lidiar con  la  vida  sin  él. A veces  le pido un abrazo  a  mis  amigos y amigas  porque  necesito sentir algo de afecto, algo  que me  ayude a  sentir  menos  este vacío que  no me  deja  dormir.

Pero  cuando le  pedí un abrazo a  Blacky me lo  negó. La  razón por  la  cual me  lo  negó es  porque "no quería que pensara otra  cosa"  y "otra cosa" significa sexo. El sexo  siempre ha  sido el leitmotive de Blacky y constantemente piensa  en esos  términos y supongo que  aqui se aplica el dicho de que  el  León  piensa  que  todos  son de  su condición. Pero yo no quiero sexo, simplemente apoyo moral, pero explícale eso a Blacky. Para Blacky  las demostraciones  de  afecto sólo son una forma de  llegar  al sexo, por ello  siempre  las limita. Es egoísta,  aunque  aparente  lo  contrario. Aparte de acuerdo  a su nueva  ideología  mística  y  absurda el sexo es  algo malo qye se debe  evitar. Tambien  tiene  que  ver con que  blacky  y  yo  fuimos  amiguitos con  derecho  antes  y después de mi relación con Otosama, así que supongo  que piensa que  lo quiero sólo por ello,  pues es  lo que él haría. Blacky siempre pensando en sexo, tanto como  algo deseable, como  algo  que se debe  evitar,  mientras que mi único pensanmiento es volver a la tranquila  obscuridad.


Blacky  tiene  miedo de demostrar  afecto a  las  personas  con  las  que  ha tenido relaciones  y de  demostrárselo  a las  personas  en general, tiene miedo de  crear lazos muy fuertes  con otras personas, y eso esta bien,  es  muy su problema,  pero  en  momentos como estos es  cuando  su  egoísmo daña a  sus allegados. Los  amigos existen  para  apoyarse, para Necesitaba  afecto y él  me  lo nego.  Ahora  estoy bien,  pero en ese momento  se sintió fatal ¿Por qué? Porque ese día  me sentía fatal.

A  veces abrazo a la gente pensando en cuanta  diferencia puedo hacer en su  día, hacerlos  sentir que no están solos. Esto confirma  mi  teoría. sin un abrazo me sentía en el desierto. Ahora  estoy bien,  no  fue  algo sumamente grave,  pero cuando te sientes sólo y triste, se  siente como si  te desgarraran las entrañas, y no importa  que  tu  mente te  diga  que es algo momentáneo, porque para  tí,  en esas condiciones, sólo  ese horrible momento  existe.  Así como en  los  brazos  de Otosama sólo ese hermoso momento  existía. 

Demostrar cariño, crear lazos es  importante, sin  ellos no  habría  una  diferencia  significativa  entre  la vida  y la muerte. 

P.D.  a partir  del miércoles  comienza la blognovela, estará llena  de emoción, aventura,  cinismo,  sensualidad y  humor negro. espero la disfruten. 

miércoles, 27 de octubre de 2010

DE ABRAZOS Y KARMA

Hoy iba a poner algo chistoso sobre la muerte del pulpo paul, del tipo de "Y ahora a quien acudirán los pobres apostadores empedernidos" u "hoy todas las marisquerías están de luto" jojojó, jijijí, pero no... no puedo dejar de pensar en algo que sucedió anoche, una insignificancia, que, sin embargo, me ha dejado un tanto mal.
La felicidad humana depende de cosas muy pequeñas, tanto como un abrazo. Es sólo un detalle, pero significa mucho para mí.
Hace tiempo tuve una pequeña fijación por evitar que la gente se suicidara, quizá tiene que ver con que, por alguna extraña razón, la gente cuando tenía alguna inclinación suicida iba y me la contaba, amigos y persoonas que había  conocido apenas y yo sentía que era mi deber salvarlos a todos, estaba en mi etapa de "el amor los salvará", sé que suena muy burdo si lo pongo de esa manera, pero en ese entonces yo en verdad lo creía y aún lo sigo creyendo, aunque ya no es el leitmotive de mis actos. prosigo. El caso es, que  yo siempre procuraba demostrarle mi afecto a mis amigos, amigas y seres vivos en general, mi afecto, no sólo para evitar que se suicidaran, sino para evitar en general que se sintieran solos o faltos de afecto, que supieran que tenían a alguien con quien contar. A veces decía "una sonrisa hace la diferencia" o "los abrazos son importantes", no demasiado, ya ven que eso de la cursilería no se me da. Y hoy me niegan un abrazo a mí.
Hoy día tengo una actitud muy contrastante con mi Yo de antaño, tengo un alto nivel de valeverguismo, que hace creer a veces hace creer a algunas personas que nada me interesa, que no tengo sentimientos profundos, que soy un superficial de lo peor. Y quizá tengan razón. A veces no siento ni mis  sentimientos, como dice la  canción, pero los quiero sentir. Soy un ser ávido por volver a sentir afecto, de sentir que soy humano. De sentir que soy quien era antes (Eso sí, sin dejar de ser el cínico de ahora)
Hoy le pedí a un amigo que me abrazara y no quiso. Quien conoce mi yo externo creerá que mi reacción sería:
 a) mentarle la madre
b) darme la vuelta y no paso nada, un suceso equis.
c) decirle que era una broma (pues así habría sido)
Pero no. Sólo le dije que estaba bien y cerré  la puerta, sin saber como reaccionar, osease como un pendejo. ¿Por qué? porque no era el Yo de afuera quien pedía un abrazo, era ese restito de humanidad que me queda y que día a día lucha por seguir existiendo quien pedía ese abrazo y ese yo  no sabe ni mentar madres, ni fingir, ni nada que mi otro yo domina muy bien, ese yo, sólo sabe regalar afecto y recibirlo, nada más. Es por eso que lo tengo escondido, porque es un perfecto inútil para asuntos prácticos.
Y vomité. Por lo general sólo vomito cuando tengo un ataque de ansiedad muy fuerte, pero creo que esto fue su equivalente. Estoy cannsado de dormir solo, extraño los brazos  de Otosama, sólo quería un abrazo para no pasar la noche tan mal, en las garras de la soledad  (cualquier similitud con la canción "vendedora de caricias" no es coincidencia, créanme, el principio es el mismo) y carajo no lo obtuve. Los abrazos no son caros, había alguien en USA o Canadá que los regalaba y hubo algunos que siguieron sus pasos en el resto del mundo.
Mi parte lógica me ha dicho hace antaño "no esperes que los demás te devuelvan lo que tu les estás dando, es más, no esperes nada en absoluto", es lógico, el karma o no existe o no es tan burdamente simple como nos han hecho creer: Las cosas que haces, podrán tener consecuencias, pero no se te devuelven en un fenómeno de la misma categoría moral  y/u ontológica. ¿Quieren que se las barajee más despacio, a mi muy particular y soez manera? No porque comas hamburguesas vas a cagar hamburguesas. Bueno sino quedo claro, otro día hablaremos de mis teorías kármicas. Ahora no estoy pensando con mi parte lógica, sino con mi ID, la parte que vela por mis necesidades básicas y ella dice "carajo, tu diste abrazos mucho tiempo, ahora te mereces uno", pero no porque lo mereciera lo obtuve, así que al diablo el karma o la noción popular del karma.
Lo que acabo de hacerme sentir como basura fue la estúpida razón aducida por la cual no podría abrazarme.
¿Quieren saber cual fue? No se pierdan la próxima entrada.